¿FRIVOLIDAD?

Saturday, August 20, 2011
¿Sabéis que la apariencia física es tan importante que no solo influye en materia de seducción?. Así es. Estudios científicos avalan que las personas atractivas tienen más probabilidades de ser absueltas en un juicio, en iguales condiciones, que las poco agraciadas. Concluyen también, que las que tienen mejor aspecto físico, da igual hombres que mujeres, consiguen más fácilmente un puesto de trabajo en las entrevistas. Inconscientemente todos tendemos a elegir a las personas que más nos gustan para rodearnos de ellas.

Por eso considero que cuidarse, preocuparse por mantenerse atractiva ... No es un asunto frívolo en absoluto, sino, bien al contrario, muy trascendente. Todas nuestras relaciones con las personas que nos rodean, las familiares, de amistad, de trabajo, sociales, y no digamos con el sexo opuesto, marcan nuestro nivel de satisfacción con la vida, y, por lo tanto, nos quitan o aportan felicidad.

Es injusto, pero es lo que hay, y no queda otra que asumirlo. Si conseguimos ser más atractivas, incluso más sexies, conseguiremos con ello mejorar la confianza y la autoestima, y unas relaciones más gratificantes en todos los estamentos de nuestra vida.


Hasta en el mundo virtual es así. Comprobado que, incluso en redes sociales como twitter, una red seria enfocada principalmente a la información y la cultura, a los negocios, a los contactos sociales sin sexo por medio, las mujeres que ponen fotos donde aparecen guapas y deseables, tienen un número mucho más elevado (y devoto) de seguidores. Las hay incluso, que, jóvenes y guapas aunque descerebradas, son adoradas por cientos de fans entre los que se cuentan periodistas y empresarios supuestamente inteligentes. En los hombres la atracción sexual está siempre presente y les condiciona siempre, aunque no toque, a la hora de interactuar con mujeres en cualquier actividad. He comprobado que no poner foto o poner una, digamos, neutra, consigue resultados muy pobres a la hora de obtener personas que se interesen por tí.

Un ejemplo paradigmático de lo que una persona atractiva puede conseguir con su imagen, es César Cabo. Muy comprensible, comprueben ustedes mismas:








Un controlador aéreo, que, además de inteligente, es guapo, guapérrimo, un sueño de hombre. Surgió de la nada, por primera vez en televisión, como portavoz sindical de este colectivo, a raiz de la huelga salvaje de diciembre de 2010, hace solo unos meses. Hablaba, con toda la seriedad que requería la situación, de los motivos que les impulsaban a dejar en tierra a millones de pasajeros. Pero es tan brutalmente atractivo, que, con unas pocas apariciones públicas, se convirtió en uno de los hombres más conocidos/deseados del país. De ahí a salir en multitud de entrevistas en periódicos y televisión, en revistas como Vanity Fair, a tener hasta una entrada en Wikipedia... Es un fenómeno mediático, su popularidad es inaudita. Como si fuera un actor o cantante famoso, tiene miles de fans que lo adoran.


Por supuesto que debe ser un profesional muy válido, pero... Es que, cuando aparecía con uno o dos compañeros más, seguramente tan válidos como él... Era  él quien llenaba la pantalla. Los otros eran hombres de aspecto vulgar, transparentes, de los que, en cambio, nadie se acuerda.


Su objetivo no era otro (creo) que reivindicar mejores condiciones laborales para sí y sus colegas, y justificar los tremendos perjuicios que habían causado con su actitud a compañías aéreas y a cientos de miles de pasajeros. Y habla, se explica muy bien, pero fue debido a su carisma y a su físico por lo que su mensaje se extendió como la pólvora, y lo de su imagen es asombroso, más allá de lo importante que fuese lo que tuviera que decir. César, sin pretenderlo, solo dejándose ver en su trabajo, se ha convertido en un ídolo de masas.


Ahora ha dejado su puesto como portavoz, y, aún así, tiene varias ofertas de trabajo en distintos medios. Su tirón es fortísimo, desproporcionado para tratarse de un profesional que solo hablaba de su sector. Y ésto ocurre sola y exclusivamente por ser una belleza de hombre.