Hablemos de cirugía estética (3): Operación de Mª Teresa Fernández de la Vega

Wednesday, February 8, 2012
Uno de los acontecimientos más comentados de la semana ha sido la estelar reaparición  en público de Maria Teresa Fernández de la Vega. Si bien lo realmente importante era el acto de su fundación en el que ha sido fotografiada, ha sido su nuevo look lo que la ha llevado a ser noticia de relumbrón en periódicos, redes sociales y blogs.

Y es que nos ha dejado impactados. Justo es reconocer que para la edad que tiene estaba especialmente estropeada. Arrugadísima, con una piel más propia de una mujer de 80 años que de una de cincuenta. Porque, aunque ya tiene 62, cuando la conocimos hace mucho tiempo, era ya una cincuentañera de aspecto muy avejentado.

Como soy firme defensora de la cirugía estética bien hecha, traigo aquí sus fotos para explicaros un poco el proceso, y evidenciar lo que la ciencia puede hacer para mejorar dramáticamente nuestro aspecto.


Antes




Después



Éste ha sido un trabajo complicado, a cargo según parece, del Dr. Enrique Monereo, prestigioso cirujano que cuenta en su haber con las transformaciones de muchas otras celebrities como Elsa Pataky o Laura Valenzuela. Maria Teresa ha requerido varios tratamientos y diferentes cirugías combinados, para conseguir un resultado tan completo y espectacular como el que vemos. 

Liftings facial y cervical (cuello), peeling (probablemente químico) o bien láser (efectos parecidos), blefaroplastia (cirugía de párpados), y relleno de pómulos y surcos nasogenianos con infiltraciones de grasa o ácido hialurónico. Diría que también se ha rellenado un poco los labios, aunque muy discretamente. Una macedonia de actos médicos muy diferentes y complementarios, cada uno para un problema concreto.

Hay que tener en cuenta que los dos mayores enemigos de la piel madura son las arrugas y la flaccidez. En el caso de Maria Teresa, bastante extremo por cierto, era aún más acentuado el primero que el segundo.  Ocurre, contra lo que se piensa, que el lifting no borra las arrugas, aunque puede mejorar algunas. Su función es redefinir el contorno facial, desengrasar zonas, tensar la musculatura, devolverle el tono perdido y retirar, en su caso, la piel sobrante.

A edades más tempranas, o cuando el deterioro de la piel es menos evidente, quitar la flaccidez con un suave lifting puede ser suficiente. Pero si hay que atacar un seco pergamino como el de la política, se impone, además, un peeling. Químico o mecánico, lo que hace es conseguir que la primera capa epidérmica caiga, dejando a la vista una nueva piel sonrosada y lisa, borrando también las manchas. Parecido efecto tiene el láser fraxel.


Arrugas y manchas fuera



Después hay que rellenar las zonas del rostro que han perdido volumen con la edad, y los surcos profundos. Eso se hace mediante materiales que pueden ser naturales, como la propia grasa (grasa autóloga), o químicos, como el ácido hialurónico, un componente de nuestro cuerpo, que, como otras tantas cosas, se va perdiendo al cumplir años.

Una labor compleja que merece ser confiada a las  manos de un cirujano de  contrastado buen hacer.

La verdad es que Mª Teresa, vistos los resultados, ha acertado con su elección. Enhorabuena.


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